Hace tanto tiempo que no me atrevo a escribir por aquí. La verdad es que me dejé absorver por la rutina Americana/Latina que es una robótica realidad en este país de las oportunidades y de grandes sueños, que yo más bien diría de pesadillas para muchos paisanos que dejan sus tierras para una vida mejor y ¡zas! se encuentran lavando baños, tendiendo camas, haciendo colas para que les den comida, comprando ropa de segunda, ah eso sí "de marca" (muy latino), lavando platos, escondiéndose de la "migra", etc.
Sí, me refiero a los indocumentados. Son tantos que uno ya no sabe quién es y quién no es. De muestra un botón. El otro día mi vecina me amenazó con llamar a la migra por creerse más Americana que yo, y ¿saben qué? la tipa es de Bosnia, jajajajajajaja. pero en fin, esa es la nueva pseudo-cultura que se vive aquí en los últimos años.
La xenofobia ha crecido fatalmente en la cultura caucásica (los que quedan porque ahora hay más mezcladitos que otra cosa). Los mexicanos se creen con más derecho de tierra que hasta da cólera. Los peruanos somos los pillos, estafadores, mentirosos y ¡OJO! con hobby de narcos. Los colombianos son los envidiosos, hipócritas, narcos por naturaleza, franelitas y super conchudos. los guatemaltecos son mentirosos, parlanchines, doble cara, cochinos, apestosos, al igual que los demás miembros de la unión centroamericana.
Como ven la xenofobia inunda cada rincón de este inmenso país con adjetivos demás exagerados contra un pueblo en su mayoría trabajador, cumplidor y parte de una economía, que sin esa fuerza laboral, sería decadente y peor que en los años 40.
Pero aquí viene la oportunidad y la siverguencería: muchos candidatos políticos toman esta realidad como un yo-yo de oportunidades que les dejarán la mayor cantidad de votos de los ilusos latinos que viven legalmente en este indómito país de ensueño. El actual presidente, más conocido como "chita" (la mona de Tarzán), resultó ser de la escuela de nuestro grande y profético Alan, o sea, un mentiroso de punta a punta. Cómo será de "pendeivis" y maricón que cuando se presenta un problema de índole nacional, se va de vacaciones "ininterrumpidas"... ¿a dónde? pues a los lugares más exclusivos y caros del planeta... ahhhhh eso sí con la plata de mis impuestos que me cuesta un culo ganar.
Al final, todo sigue igual, más odio a los latinos (no sé por qué no a los asiáticos, árabes, africanos, etc. que también están inundando este atormentado país), nosotros los latinos somos la lacra social americana, los vagos, flojos, sub-humanos (porque tratan mejor a un animal que a nosotros)... mejor aquí la dejo no vaya a ser que se me aparezca el ICE para botarme del país por insubordinación... jajajaja.
Y ahora, ¿quién podrá defendernos? vengo invocando al chapulín desde hace un huevo de tiempo pero el bendito no da muestras de vida por estos lares. Superman no sabe español, así que a él ni llamarlo. Snoopy no habla y Mafalda todavía no es mayor de edad... Cachirulo se fue con su nave espacial y nunca más regresó, el tío Johnny perdió su sombrero y saco a rayas, el resto de héroes son una mezcla de importaciones japonesas, chinas, etc. En otras palabras, además de no haber superheroes, no hay identidad. ¡Esto sí que es un cáos!
Haber, como peruanos, ¿cuándo se nos ha ocurrido invocar a Pachacutec, a los Apus, a la Mama Cocha, Tayta Inti, etc.? Yo te respondo: NUNCA (como decía el padre de mis queridas amigas Ríos).
¡Ahí 'ta el meollo del asunto! ¡¡¡Nuestros pueblos carecen de una identidad!!! Oh my god! what?!
Sí, no existe identidad. Pero nosotros no tenemos la culpa. Nuestros colegios y sociedades quisieron vivir el sueño geopolítico potencial del vecino norteño, por eso modificaron las currículas escolares y universitarias, los estilos y modas cambiaron, el estilo de comer, reir y de admirarse. Ahora el "What?" ha tomado forma populista y de a pocos pasa a ser parte de nuestro vocablo plajeado occidental.
Pero en fin, ¿quién soy yo para hablar mal de las sociedades potenciales? una peruana que no habla quechua, que no come olluco ni charqui, una peruana que encuentra en una hamburguesa un deleite paladoreño (ya ven, yo también invento mis palabras. Paladoreño de paladar, pues), que no cree en la maca ni en la kiwicha, que todavía ve desafiante un ambulante o una casera del mercado, que prefiere escuchar radio Oxigeno que radio Nacional, que ha encontrado en la Internet una manera de pasar el tiempo en vez de labrar los campos. Somos el molde de la sociedad, ¿alguna vez alguien se atreverá a rompérlo? La verdad que yo no porque así estoy más comoda, jajajajaja.
Así que con este pensamiento termino esta entrada de una lógica ilógica:
"Está preparado siempre para el cambio, por si se te presenta la opotunidad" - Barbara Rosner
Me despido con un fuerte abrazo y... que siga la pachanga!
Un pequeño balance de fin de año
Author: Barbara / Labels: alegria, familia, mi gringo, New York, vacaciones, viajeCómo conocí a mi gringuito lindo - Segunda Parte
Author: Barbara / Labels: mi gringo¡Qué ocurrencia!
Author: Barbara / Labels: ocurrenciaResulta que en el mes de junio mi gringuito decidió regalarme por nuestro aniversario un auto nuevo.
El anterior auto, una mini van Caravan celeste platinada, la verdad que no me gustaba, muy cómoda pero me sentía como una chofer de combi, ¡horrible, oye!
Después de unas cuantas horas, regresé al auto muy satisfecha con mis compras. Llegué a la playa de estacionamiento y empecé a buscar mi auto. Caminé una fila, luego otra, otra y otra y no encontré el auto. Regresé al centro comercial y volví a salir por otra puerta. Nuevamente busque el auto y nada, no lo encontraba. Me asusté. Dije: "¡Por la recontra, me fregué!". Desesperada nuevamente empecé a recorrer todo el estacionamiento, con mis bolsas en mano y con mis zapatos tremendamente incómodos, pero nada.Mi Papapapa
Author: Barbara / Labels: abuelitoCómo conocí a mi gringuito lindo
Author: Barbara / Labels: mi gringoMuchas personas me preguntan que cómo conocí a mi gringuito lindo, que cómo pasó y todas esas cosas. Hoy se las voy a contar, pero como es una historia muy larga y no quiero aburrirlos, la voy a contar en dos partes. La primera parte será la parte laboral y la segunda el romance...
El Primer Día
Después de haber aceptado trabajar para la empresa Kilborn, una constructora canadiense que había firmado un contrato para Barrick-Misquichilca, llegué al hermoso pueblo de Huaraz.
Llegué de mañana junto a Consuelo, mi compañera de trabajo para el resto del año. Al llegar mi turno de bajar de Cruz del Sur, un señor de bogotes blancos y anteojos de carey marrones horribles, llevando una camisa de cuadros azules y rojos y con un cirgarro en la boca, nos recibió. Se presentó como John Rosner y junto a él, su compañero Richard McCarthy. Yo estaba muerta de miedo porque era la primera vez que trabajaba con gringos y quería hacer un trabajo A1 para merecer quedarme a trabajar para la minera. El Sr. Rosner y el Sr. McCarthy nos llevaron a nuestro alojamiento temporal "El Tumi", un hotel cerca a la plaza de armas de la ciudad. El Sr. Rosner nos dió 30 minutos para dejar nuestras cosas y llevarnos a la oficina, que aún quedaba en la ciudad. Yo estuve lista en 25, pero Consuelo en 35. Al Sr. Rosner no le gustó que nos demoremos 5 minutos. Sólo nos miró y nos dijo: "muy tarde". Llegamos a las oficinas, el Sr. Rosner nos indicó en dónde quedaba nuestra oficina, nos enseñó cómo contestar el teléfono y las demás cosas. Lo chistoso es que él quería que digamos en el teléfono: "Kilborn, contesta Bárbara"... cosa que nunca hice, y que lo irritaba mucho, jajajajaja.
Demás está decir que los gringos llegan a Perú con la idea que somos gente ignorante, torpe, floja y sucia; y por ende nos trataban así, como ignorantes y torpes. El Sr. Rosner muy desconfiado en todo, tenía todo bajo llave y siempre nos miraba con el rabo del ojo, cuidando cada movimiento que dábamos. Yo con mi falta de experiencia y con una compañera poco colaboradora, decidí hacer del Sr. Rosner mi modelo de trabajo. Mientras más lo observaba, más lo admiraba. Él cuidaba todos los detalles, todo en orden, correcto y muy organizado. Lo elejí como maestro de gramática (sin él saber), cuando me di cuenta que los signos de puntuación eran diferentes en inglés. Cada vez que tenía una pregunta relacionada al trabajo, le tocaba la puerta y hacía sonar mi garganta para que supiera que estaba allí. Muchas veces me ayudaba, otras veces me tiraba la puerta en la cara y gritaba "no me molesten", uffffff, no saben, era horrible!!!!
Un día lo vi comiendo unos dulces. Le pedí que me invite uno, porque ustedes saben que yo no resisto ver dulces y no probarlos, además estos eran "gringos" y nunca los había visto. Él me dijo que sólo tome uno, eso hice. Pero vi otros de otrs colores y le pregunté si todos tenían el mismo sabor, para su mala suerte, me dijo que no. Así que le pedí uno de cada color, a regañadientes me dijo que sí, yo me hice la loca y tomé uno de cada uno. Eran deliciosos. Después me dijo que era como una niña y yo le dije que él me regañaba como un papá y se sonrió. Le conté a Consuelo que el Sr. Rosner había compartido sus caramelitos conmigo y que quizás no era tan malo como pensábamos, hasta le comenté que le dije al Sr. Rosner que era como un papá. Esa misma tarde, lo escuché riéndose como nunca y me llamó la atención porque nunca lo había escuchado reirse. Él estaba conversando con Consuelo, no se de qué, pero aprovechando el momento de buen humor, me metí en la conversación. Al final los tres terminamos riéndonos y nuevamente sacó unos caramelos y nos invitó, yo le dije: ¿ya no me va a regañar, verdad?, se rió y me dijo que no, yo le conteste gracias daddy (diminutivo de papá en inglés). Desde ese día le decía daddy para todo y con eso se rompió el hielo, seguía siendo renegón pero ya no tanto, además se convirtió en un mentor y ejemplo para mí. Mi trabajo mejoró en todo y él estaba muy complacido por ello.
En algún punto, dejé de confiar mis cosas a Consuelo, y empecé a confiarle mis cosas al Sr. Rosner. Yo lo veía como un padre y yo pienso que él me veía como una hija. INCREIBLE, jajajajaja.

Por su carácter, nadie quería ni pasaba al Sr. Rosner y eso me daba mucha penita. Nunca lo incluían en nada social, sólo laboral. En una oportunidad, todos los trabajadores de Kilborn se pusieron de acuerdo para hacer un tour hacia la Laguna de Llanganuco, pero no invitaron al Sr. Rosner. Yo lo invité. Nadie quiso ir en el mismo auto que el Sr. Rosner, yo fui.
Esa tarde, conocí a un Sr. Rosner diferente. Me di cuenta que era una persona compasiva, buena y que era normal como cada uno de nosotros y no de marte como muchos pensaban. Ese día lo admiré más y mi respeto hacia él, creció. Recuerdo que el Sr. Rosner tenía una caja llena de cassettes, y mientras íbamos a Llanganuco, puso uno, la canción "Centerfield", y yo empecé a cantarla y me sorprendió cuando él también la empezó a cantar, al segundo nos convertimos en un duo desafinado pero muy entretenido. Al terminar la canción nos reimos un buen rato. Luego puso otra y otra y otra y todas me gustaban... así que las cantaba y él escuchaba.
Terminado el paseo, regresamos a nuestro alojamiento, todos estaban esperando llenos de curiosidad por saber si el enojón del Sr. Rosner me había hecho la tarde miserable. Cuando les dije que no, no me creyeron, jajajajaja.
Y así continuaron los días de trabajo, con un Sr. Rosner más amistoso, pero eso sí, muy pegado a las reglas de la empresa. No porque nos diera más confianza nos dejaba pasar 2 minutos del almuerzo. Si eso sucedía nos llamaba la atención fuertemente a Consuelo y a mí.
Fin de la primera parte.
Una limeñita en Estados Unidos
Author: Barbara / Labels: limeñaDe mi llegada no recuerdo mucho, debí hacerle caso a mi ya difunta cuñada Hazel, quien me sugirió hacer un pequeño diario com mis memorias de recién bajadita (del avión).
Pero en fin, lamentarme no va a hacer que recuerde detalladamente las cosas, así que haré un relato a groso modo, si el término me lo permite.
Entre las pocas cosas que puedo rescatar de mis lagunas mentales, recuerdo que llegué en octubre del 98. Aquí en Estados Unidos, ya se sentía el otoño... un poquito de frío decía mi gringuito, pero para mí, ¡horrible, oye!
Mi gringuito me llevó a pasear a los cañones y glaciares tan hermosos que tiene Utah, nunca había visto una gama de colores tan hermosa, hecha en su perfección por la madre naturaleza. Árboles de todos los tamaños, olores y colores. Qué bello, mis ojos, querían llevarse consigo tanta belleza y poseerla por siempre, pero como no fue posible... sólo tomé una foto (¡qué frío!).
Después de unos cortos paseos por la ciudad, nos detuvimos a cenar. Por supuesto, mi gringuito me llevó a su lugar favorito de comida rápida llamado Arby's. Todos los establecimientos de comida rápida son iguales, la única diferencia es la cara del que te atiende y la etiqueta del catchup. En el Arby's ofrecían Roast Beef Sandwichs o comúnmente conocido en nuestro vocabulario metropolitano limeño como pan con jamonada gringo. La verdad que se veía riquísimo, además tenía mucha hambre, al tomar mi primer bocado, no sé que pasó, la comida se me quedó atorada en medio de la garganta... ¡qué asco! qué comida tan fea, así que para poder pasarla tome mi bebida una "root beer", una porquería gringa que tiene sabor a remedio, pero que para los locales, es como nuestra Inca Kola o Kola Inglesa, una delicia.
Yo, por supuesto, traté de disimular mi asco para no hacer sentir mal a mi gringo, pero cómo habrá sido mi descontento, que él se dió cuenta, me dijo que no era necesario que lo coma. Pero como a mí me educaron para dejar mi plato limpio, así sea horrible, lo terminé.
Días después nos fuimos a Elko, el pequeño pueblo en donde iríamos a vivir. La verdad que en el fondo pensé que se trataba de un pueblo gringo, osea, grande, bonito y con sus combis en cada esquina. Pero no fue así.
Después de tres largas horas de mirar desiertos y nada, llegamos a Elko. Yo pensé que mi gringo me estaba bromeando, ¡¡pero no!!, ese pueblo, en el medio de la nada, era Elko, mi nuevo hogar.
Traté de verlo por el lado positivo, al menos ya no tenía que preocuparme de que alguien me asalte en la esquina o que me quiten mis joyitas que traje.
Una vez instalados, traté de darle a mi nuevo hogar un toquecito mio... el depa me quedó bonito. Muy sencillo, pero bonito. Mi gringo salió temprano a trabajar, así que decidí prepararle unos frejolitos para el almuerzo. En ese entonces yo no sabía manejar y caminar no era el fin del mundo para mí, es más, a mí me gustaba caminar bastante. Así que me dirijí a la tienda de abarrotes. Huy era grandeeeee. Le pregunté a una de las que atendía, en un inglés tímido: ¿en dónde consigo frejoles?, ella muy amable me llevó al lugar y de repente, empezó su largo listado de frejoles en todos los colores y sabores, en latas grandes, chicas, medianas, con ají, sin ají, con carne, sin carne, etc. Mientras ella hablaba, me sentí tan, pero, tan chiquita que la dejé con la palabra en la boca y regrese al depa.
Lógico, que después del incidente, llamé a mi gringo a la oficina para recriminarle que haya traído a este país. Pero no le conté de los frejoles, me dió verguenza, jajajajajaja. Lo cierto es que esa noche mi gringuito lindo comió un delicioso arroz con huevo frito y un vasito de agua para bajarla.
Después les cuento más...
