Resulta que en el mes de junio mi gringuito decidió regalarme por nuestro aniversario un auto nuevo.
El anterior auto, una mini van Caravan celeste platinada, la verdad que no me gustaba, muy cómoda pero me sentía como una chofer de combi, ¡horrible, oye!
Pero en fin, después de encontrar el auto a buen precio y con las comodidades que buscaba, me decidí por un Honda Pilot, de color vino tinto.
Yo muy feliz con mi auto nuevo, decidí ir de compras al centro comercial. Los bebes necesitaban estar preparados para el otoño y bueno, que buena oportunidad para pasear en el auto nuevo.
Después de unas cuantas horas, regresé al auto muy satisfecha con mis compras. Llegué a la playa de estacionamiento y empecé a buscar mi auto. Caminé una fila, luego otra, otra y otra y no encontré el auto. Regresé al centro comercial y volví a salir por otra puerta. Nuevamente busque el auto y nada, no lo encontraba. Me asusté. Dije: "¡Por la recontra, me fregué!". Desesperada nuevamente empecé a recorrer todo el estacionamiento, con mis bolsas en mano y con mis zapatos tremendamente incómodos, pero nada.Ya casi por llorar, me debatía si llamar primero a mi gringo para contarle la mala noticia o a la policía para reportar el robo del auto. Me senté en la vereda, mirando mis bolsas y mirando hacia el estacionamiento.
Y de repente: ¡Zas!, mi última opción: apretar el botón de alarma del control remoto del auto!!!
Regresé al estacionamiento, caminando rápido, con mis bolsas pesadas, sudando (porque junio en los estates es verano), rogando que mi auto estuviera allí. Mientras apretaba el botón de alarma, escuché un auto... "ahí está", me dije, pero al mirar la fila de autos no lo vi. Pensé que otra persona también estaba buscando su auto. Nuevamente apreté el botón de alarma del control remoto y otra vez sonó un auto, me acerqué poco a poco; empecé a mirar por las ventanas de los autos mientras caminaba despacio..., y nada.
Decepcionada, me detuve junto al auto que tenía la alarma prendida, miré por dentro y ¡oh, maravilla! mis cosas estaban dentro del auto y me dije ¡¡¡¿qué?!!!!
Resulta que estaba buscando mi Caravan celeste, me había olvidado que estaba en auto nuevo, y casi llamo a la policía para denunciar mi Caravan como robada, jajajajajaja.
No cabe duda, mientras más pasan los años, más cocha me pongo, ¡plop!
¡Saludos!
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